Consecuencias de perder alguna pieza dental y no reponerla

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Consecuencias de perder alguna pieza dental y no reponerla

Es normal que se nos caigan los dientes a partir de los 5 años de edad, al momento de iniciarse el reemplazo de la llamada “dentadura de leche”. No obstante, esto constituye un impacto emocional si nos ocurre cuando ya hemos crecido, lo cual nos producirá secuelas en la estética dental y su funcionalidad, las cuales pueden incidir en nuestra autoestima.

Son numerosas las causas que originan la caída de piezas dentales, pero las más frecuentes son:

  • Enfermedad bucodental. Las caries que no atendemos a tiempo nos pueden generar pérdidas dentales. Asimismo, ciertas patologías que afectan las encías, constituyen un riesgo para la conservación de la dentadura, tal es el caso de la periodontitis.
  • Problemas congénitos. El porcentaje de población en el mundo que no tiene todas las piezas dentales, responde a causas genéticas, lo que es más recurrente de lo que se puede pensar.
  • Accidentes. Si nos sucede un accidente laboral, automovilístico o de cualquier índole, podemos perder piezas dentales, sobre todo si se nos han roto los huesos del maxilar o de la mandíbula.

En estos episodios, todos los elementos de la cavidad bucal están sometidos a una fuerte presión constante, incluso las mandíbulas y los dientes, lo que igualmente nos puede generar la rotura o la pérdida de piezas.

Resultados de no reponer las piezas dentales

Las consecuencias de perder pieza dental son muy perjudiciales para la salud bucal. Cuando perdemos un diente, con frecuencia, las piezas que se encuentran próximas tienden a desplazarse hacia el espacio formado, a objeto de cubrirlo y palear la falla en la dentadura.

Asimismo, se experimenta un crecimiento o movimiento anormal de los dientes al costado del que se perdió, lo que se conoce como extrusión dental.

Estos desplazamientos dentales tienen sus consecuencias, por cuanto no son traslaciones regulares, sino que esos dientes, en su movimiento, tienden a inclinarse, lo que altera la arcada dental y, por ende, la función de masticar. Con el tiempo, también nos producirán secuelas en las articulaciones mandibulares y el cuello.

En ciertos casos, estos movimientos dentales pueden desencadenar el conocido síndrome disfuncional cráneo-mandibular, cuyo síntoma principal son los mareos.

Riesgos adicionales

Frecuentemente, muchos dejamos pasar el tiempo cuando perdemos una pieza dental, ello ocasiona que el espacio que ocupaba se reduce considerablemente, resultando casi imposible reponerla mediante una prótesis dental.

Ello puede pasar también, si el diente que se desplaza hacia el lugar de la pieza perdida, ocupa casi todo ese espacio.

De igual forma, debe considerarse que la pérdida de piezas ocasiona un mayor riesgo de caries en los dientes adyacentes. Al debilitarse los puntos de encuentro dentales, es más fácil que se nos deposite restos de comida entre los dientes, lo que justamente favorece la formación de caries.

Pérdidas dentales inevitables

Existen casos donde es inevitable extraer una pieza dental, por cuanto resulta irrecuperable de acuerdo al odontólogo o representa un riesgo para nuestra salud bucal. Aquí se aplica el procedimiento de exodoncia, la cual es la extracción de la pieza dañada.

También interesa aplicar este método odontológico, cuando existen piezas que no han podido salir de la encía (erupcionar), por aglomeración de dientes u otros motivos. En este caso procede la extracción para liberar y permitir el nacimiento de la nueva pieza. Tal es el caso de las llamadas cordales o muelas del juicio.

Esto trae como consecuencia que la cavidad ósea donde reposaba el diente, disminuye su volumen de manera permanente. Por ello, si dejamos pasar mucho tiempo sin reemplazar el diente, tendremos problemas para instalar una prótesis dental.

Podemos concluir entonces que es imperativo reponer, lo más pronto posible, una pieza dental que hayamos perdido, pues las secuelas a las que nos exponemos son perjudiciales para nuestra salud bucal.

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